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lunes, 17 de junio de 2013

¿Qué sabe usted sobre el sueño?

 
¿Qué sabe usted sobre el sueño?
 
por Gretta Palmer
 
    Entre los veinticinco y los setenta años, una persona común y corriente pasa quince años durmiendo. La falta de sueño ha hecho a muchos generales perder batallas, a muchos individuos nerviosos perder la razón, y a muchas mujeres perder su marido. De ahí que para todos tenga tanta importancia lo relativo al sueño. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros conocemos los hechos científicamente establecidos a ese proceso fisiológico? Ponga a prueba el lector sus conocimientos sobre la materia leyendo las afirmaciones que siguen, y tratando de dictaminar sobre su exactitud o inexactitud, antes de leer la respuesta correspondiente.
 
    Quien duerme bien no da vueltas ni se mueve durante el sueño.
    Incorrecto. Todos cambiamos de posición a menudo, porque la disposición de nuestros músculos es tal, que nos impide relajarlos todos a la vez para el reposo. El promedio de vueltas que damos en una noche es de treinta y cinco.

    El primer sueño es el más reparador.
    Correcto. Experiencias efectuadas en la universidad de Colgate prueban que muchos de los beneficios del sueño los hemos logrado ya completamente a las pocas horas de estar dormidos.

    El que duerme seis horas en vez de ocho, tiene que consumir más energía al día siguiente para realizar su trabajo habitual.
    Correcto. Las pruebas de laboratorio han demostrado que gastamos un 25 por ciento más de calorías para compensar la pérdida de energía causada por falta de sueño.
 
    Para resarcirnos del sueño perdido es preciso dormir unas cuantas horas más por varias noches consecutivas.
    Incorrecto. El sueño normal de una sola noche produce todo el efecto reparador que en estos casos necesitamos.
 
    Es más difícil que nos aproveche el sueño cuando dormimos con otra persona.
    Correcto. El movimiento más ligero de otra persona nos impide sumirnos en un sueño verdaderamente profundo y reparador.
 
    A los hombres de gran actividad suelen bastarles pocas horas de sueño.
    Incorrecto. Napoleón y Edison dormían sólo unas cuantas horas durante la noche, pero, con el sueño que descabezaban durante el día, completaban el número de horas que duerme normalmente una persona, cada veinticuatro.
 
    La falta de sueño basta por sí sola para acarrear graves trastornos.
    Correcto. Se ha comprobado que el animal privado de sueño muere más pronto que el privado de comida.
 
    Nos quedamos completamente dormidos y nos despertamos del todo en una fracción de segundo.
    Incorrecto. Nadie se duerme ni despierta instantáneamente. Antes de hacerlo hay un período más o menos breve que llamamos «duermevela»durante el cual no podemos hablar, pero sí percibir claramente los sonidos. En otras palabras, la facultad de movimiento está dormida, por decirlo así, pero la de oír está despierta.
 
    Durmiendo sobre el lado izquierdo, fatigamos el corazón.
    Incorrecto. Tratándose de una persona normal, lo mismo da que duerma de un lado que del otro, que boca arriba.
 
    Uno de los medios más efectivos de conciliar un sueño profundo consiste en beber algo caliente antes de acostarse.
    Incorrecto. La presión que en la vejiga ejercen los líquidos ocasiona cierta intranquilidad. Quien quiera dormir bien, debe contentarse con beber la  menos cantidad posible de líquidos en las últimas horas del día.
 
    Es antihigiénico dormir en el verano con un ventilador en la habitación.
    Incorrecto. Volviéndolo hacia la pared para evitar las corrientes y colocándolo sobre un rodete de fieltro para amortiguar el ruido, un ventilador nos ayuda eficazmente a pasar una noche tranquila.
 
    El cansancio físico hace difícil conciliar el sueño.
    Correcto. Un baño tibio es, probablemente, el medio más eficaz de reducir la tensión que produce el ejercicio excesivo y desusado antes de acostarnos.
 
    Lo peor del insomnio es la preocupación de que cuanto hagamos al día siguiente se resentirá de sus efectos.
          Correcto. El doctor Donald A. Laird, conocido por sus estudios sobre el sueño en la universidad de Colgate, recomienda que cuando nos cueste trabajo dormirnos, hagamos el propósito de levantarnos tarde al día siguiente. La idea de que tenemos tiempo bastante para descansar, ayuda a conciliar el sueño.
 
    Los colchones y los muelles han de ser sólo moderadamente blandos para poder dormir bien.
    Correcto. Una cama demasiado blanda es el peor enemigo del sueño saludable. Casi lo mismo puede decirse de una cama demasiado dura.
 
    Dormir la siesta es exceso de complacencia con uno mismo y disminuye la capacidad para el trabajo.
    Incorrecto. En el colegio mayor de Stephens, estado de Misuri, se ha comprobado experimentalmente que el rendimiento escolar de los estudiantes era visiblemente superior cuando dormían una hora después del almuerzo.
 
    El esfuerzo mental es la peor preparación para dormir.
    Correcto. Una velada tranquila y luego un paseo a pie para fatigar los músculos, es la preparación ideal para dormir bien. ||
    «Selecciones» del Reader's Digest, tomo X, núm. 58. (Condensado por el R. D. de Woman's Home Companion).